Ese día... valientes

Ese día... 
Ese día había una gran luna, la mayor en 100 años o algo así.
En París el cielo estaba gris. Nublado. Evidentemente. Porque si hay algo en París, son cielos con nubes grises que se dividen a veces por rayos cortantes de sol.
Yo miraba por la ventana una vista que no suele ser la mía. Durmiendo en una cama que no es la mía, mirando a mi piojo más pequeño en un colchón un poco, demasiado, distante y de apariencia fría. De un verde feo... feo feo. Sonaba, no muy lejos, el set Philips de monitoreo de mi cumplemesino. 
Son valiente estos pequeños seres. Valientes, fuertes. Instintivos. Animales. Quizás como todos, pero en estas pequeñas tallas la proeza parece abismal.‎ Fuertes Cachorros.
Viendo a este, mi minimilien, que duerme  ‎ahora como una iguana al sol -que está en algún lugar detrás del cielo gris de hoy-, sobre una almohada amarilla encima de mis piernas, yo miro por la ventana unas chimeneas. Pienso en tantos otros bebés que escuchaba esta noche y en tantos otros que no escuchaba pero estuvieron igual. Tantos otros cuyas historias sé y conozco. Ese día me sentí invadir por una mezcla de tristeza, preocupación, fortaleza y derrotamiento.  Me sentí solidaria, sensible y con ganas de abrazos y de decirles cuanto pienso en ellos. Mi minimilien duerme plácido sobre su almohada amarilla como una iguana al sol‎ y está bien y perfecto. Con mucho amor me siento hoy. Agradecida también. Contenta de volver a la cama que es la mía, a mirar por esa, mi ventana, a ver en "la tele" mi programa favorito: las nubes pasar.

Mll D.

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