Relatos... mala hierba

Ese día la foto debía substraer  de ese estado bastante próximo a la fatiga -física y mental-. Hay ratos en los que sencillamente cansa y aburre lidiar con tapujos mentales del otro. ‎Resulta agotador. La gente, el compromiso, las negociaciones. Ya lo decían por ahí. 
Yo hoy debería hablar de lo que no me atrevo porque, pensaba Clara, hoy es otro de esos días de rebeldía mínima. De la oposición que se etufa antes de salir de la boca. Del "no" atravesado en la garganta que raspa con un alto coeficiente de rozamiento hasta llegar al esófago, ejerciendo la presión del esternón encandilado con la úlcera roja.
Mala hierba, mala hierba. La clara flor blanca crece pese a la mala hierba.

Mll D.

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