Había una vez un cuento, publicado en esta página, que cuanto más lo leía, más escalofríos me daba.
Había
una vez, en este cuento, una serie de madres que eran cambiadas por
sus hijos que buscaban algo distinto, y que luego de ver las
consecuencias, aprendían a valorar a las suyas y descubrían que eran
ideales. Porque sí, este es un cuento cuyo objetivo era transmitir
valores, e ideales...
Entonces, dice que
sucedió una vez que "los (niños) que querían una madre menos ordenada al
final de la semana habían perdido el teléfono ya que no sabían donde lo
habían dejado. En su casa siempre su madre les decía el lugar de cada
cosa..." -y por lo tanto- "...se dieron cuenta que cuando (sus madres)
les enseñaban orden era para facilitarles la vida", y debe ser que ese día yo
no me percibía ni como la asistenta personal de nadie, ni tampoco como
la grabadora coñazo que va detrás repitiendo sin cesar... pero a mis
ojos, primero y fundamentalmente sería al crío decidir donde va SU
teléfono - y por lo tanto, si lo perdió, pues que se comiera unas
patatitas y que se las tome...
Y sucedió una vez que a los niños que cambiaron a su madre "no
les convocaron al partido del sábado pues la equipación estaba
sucia..." -y que esto sucedía porque la madre-lavadora no estaba
y no porque no aprendieron a poner una máquina y/o a lavar a mano y/o a
pedir ayuda del padre y/o a buscar alternativas...
Y
sucedió también que "el examen de matemáticas estaba suspenso porque el
libro se había mojado y no habían podido estudiar" y entonces, perritos
mojados arrepentidos, los niños se daban cuenta de que cuando sus
abnegadas madres "...les ayudaban en sus estudios era para que tuviesen éxito". Y
aquí, me mataron queridos lectores... Primero porque de nuevo la falta
de creatividad y confianza en el medio para resolver un problema que
tenían estos críos me dejó enjuagándome las lágrimas (como por ejemplo
estudiar con algún colega, ir a la biblioteca, utilizar Internet si uno
es muy dado a la autosuficiencia, hablar con el padre, el profe, etc).
Segundo porque hablaba muy mal de la capacidad de retención durante las
clases del crío en cuestión (que aún sin estudiar podría haber sido
capaz de pasar un control...) Finalmente porque eso de equiparar "ayudar
en los estudios = éxito" me parecía obtuso, demencial y falso. Obtuso
porque ¿dónde quedaron esos gloriosos anhelos del saber que nos hace un
mejor ser humano capaz de comprender -mejor- las cosas? ¿O del estudio
por el placer de ser menos ignorante? ¿o del descubrimiento? Demencial
porque retomaba el "éxito" como único objetivo y asociaba el estudio y
el saber a fines utilitarios, y falso porque este dicho ideal (el
éxito), no, no, supuesta madre ideal, no siempre tiene que ver con el
estudio y en el caso de su crío, quizás dependería más de las aptitudes
que no desarrollaba (como la capacidad de resolver problemas, la
confianza y el autoconocimiento).
Pero es que sucedió que algunos niños "exigían más tiempo libre para hacer lo que quisieran, sin tener que ayudar en casa, ni estudiar tanto -
y entonces... los (niños) que pedían más tiempo libre, lo tuvieron pues
se quedaron dormidos y perdieron el autobús de la excursión de fin de
curso que habían estado esperando tanto tiempo.Tampoco vieron a su
equipo favorito ganar la liga porque se entretuvieron y llegaron
tarde." porque la madre era además agenda y policía.
Y
finalmente, como algunos "Pedían que las madres no trabajasen fuera de
casa, así ellos estarían mejor atendidos... "-sucedió que- "...Todas
las madres estaban en casa, no trabajaban fuera pero cuando llegaba
final de mes como ellas no ganaban dinero no había ropa, no había
deportivas nuevas solamente lo indispensable. Nada de caprichos."
Es
decir que así los niños se dieron cuenta de que su madre trabajaba para
seguir las tendencias del fast fashion ya que lo indispensable ya
estaba, por obra y gracia de... ¿el padre?... ¿la seguridad social?... ¿los
abuelos? Porque a creer este cuento, una madre que trabaja, no es sino para comprar "los caprichos".
Así que había una vez un cuento en el que "todos (los niños) echaban de menos las caricias de su madre, los buenos consejos para mejorar cada día..." y ahí, la felicidad, " Aparecieron las madres en el plató. ¡No habían cambiado! ¡Eran las mismas! Los
que habían cambiado era los hijos. Habían comprendido que era necesario
para su educación todo lo que su madre les decía. " porque eso sí, la
madre no cambió ni medio centímetro porque en este cuento nunca consideró importante
tan siquiera reflexionar sobre el hecho de que su hijo quisiera
cambiarla.
En fin, es que había una vez un cuento que decía que "La
madre ideal para nosotros es la nuestra. Nos comprende, nos quiere y
nos ayuda siempre" ... así, tan a la ligera una conclusión tan universal. Y madre mía, que me quedé pensando que si es así no solo estoy y espero estar lejos de serlo, sino que además me parece que para venir de una página de educador@s... pues con razón que estamos como estamos.
PS: aunque no se vean, sí que me tomé el tiempo de escribir a la página para decirles esto. Lo único es que pasaron esféricamente y bueno, pues de vez en cuando hay que volver a decir lo que uno piensa.